Trágico aumento en la violencia: 21 líderes sociales asesinados en abril, según HRW
Una imagen de archivo de enero de 2022 de un grupo de indígenas del pueblo Nasa en el funeral de Albeiro Camayo, líder de la guardia. © STRINGER (Reuters)
En un informe estremecedor, Human Rights Watch (HRW) revela que durante el mes de abril se registraron 21 asesinatos de líderes sociales y defensores de derechos humanos en Colombia. Esta alarmante cifra marca el número más alto en lo que va del año, superando los casos de enero (12), febrero (8) y marzo (13).
Es preocupante destacar que esta tendencia va en aumento, y abril se ha convertido en un mes especialmente mortífero para los líderes sociales en el país. El departamento de Antioquia encabeza la lista, con 5 casos reportados.
Durante el primer trimestre de 2023, se han contabilizado un total de 33 homicidios de líderes sociales en Colombia. La región del Pacífico, donde operan disidencias de las FARC, el ELN y bandas criminales como el Clan del Golfo, ha sido el epicentro de esta violencia, ya que concentra la mayor cantidad de asesinatos de líderes y defensores.
HRW ha documentado seis casos en Nariño, cinco en Cauca, tres en Valle del Cauca y uno en Chocó, los cuatro departamentos que conforman la región del Pacífico. Los demás casos se han registrado en Bolívar, César, Magdalena y Sucre, con dos crímenes cada uno, y en Antioquia, Arauca, Atlántico, Boyacá, Caldas, Caquetá, La Guajira, Norte de Santander, Putumayo y Santander, con un asesinato en cada uno.
El informe también destaca la diversidad de los líderes asesinados, incluyendo líderes comunitarios, indígenas, campesinos, víctimas, personas LGBTIQ+, afrodescendientes y jóvenes, así como un funcionario de la Defensoría del Pueblo.
Esta escalada de violencia y el creciente número de asesinatos de líderes sociales plantean graves preocupaciones sobre la protección de los derechos humanos en Colombia. Es urgente que se tomen medidas concretas para garantizar la seguridad de aquellos que defienden los derechos fundamentales y promueven el cambio en sus comunidades. La sociedad civil y las autoridades deben unirse en la búsqueda de soluciones efectivas para detener esta alarmante ola de violencia.
