Aún está pendiente una audiencia adicional para definir la condena de la mujer.

Aún está pendiente una audiencia adicional para definir la condena de la mujer. © DedMityay

 

 

La justicia estadounidense ha condenado a Debra Lynn Mercer-Erwin, una mujer de 60 años de edad, por coordinar una red de distribución de cocaína proveniente de América del Sur, incluyendo Colombia.

Mercer-Erwin es propietaria de dos compañías de aeronaves y su papel en la organización criminal consistía en vender y comprar aviones que eran utilizados para el transporte de drogas. Además, la acusada escondía la identidad de los dueños de estos aviones para evitar ser descubiertos por las autoridades.

Según la Fiscalía del Distrito Este de Texas, Mercer-Erwin se convirtió en traficante de drogas al darse cuenta de que los aviones que había registrado estaban siendo utilizados para transportar grandes cantidades de cocaína. Sabiendo que muchos de sus clientes estaban involucrados en el negocio de las drogas ilegales, la acusada ocultaba sus identidades y las fuentes de su dinero para obtener una gran ganancia. Además, creaba ventas falsas de aviones que en realidad no estaban a la venta para ocultar y mover el dinero proveniente de las drogas.

La mujer fue confrontada desde 2021 y fue la única de los acusados de esta red de narcotráfico que fue a juicio, ya que dos acusados más se declararon culpables. Según los fiscales, varias de las aeronaves registradas y exportadas ilegalmente fueron utilizadas por organizaciones criminales transnacionales en Colombia, Venezuela, Ecuador, Belice, Honduras, Guatemala y México para contrabandear grandes cantidades de cocaína con destino a Estados Unidos. Las ganancias ilícitas de las subsiguientes ventas de drogas se transportaron luego como efectivo a granel de los Estados Unidos a México y se usaron para comprar más aviones y cocaína.

Aún está pendiente una audiencia adicional para definir la condena final de la acusada. Sin embargo, esta noticia es un recordatorio de que el narcotráfico sigue siendo un grave problema en América Latina y que la cooperación internacional es fundamental para combatir esta actividad ilegal y peligrosa.